
|Por Brenda Suarez|
¿Estamos conscientes de dónde vienen los alimentos que consumimos?, ¿cuánta agua se necesita para producir nuestro café de la mañana?, ¿a dónde va la basura que generamos? Vivimos cada vez más alienados del entorno pero también de otros seres humanos.
La relación entre el ser humano y la naturaleza ha cambiado de manera drástica, fundamentalmente a partir de que se incrementara la extracción de recursos naturales y la producción en cadena con la revolución industrial. El sistema económico que impera se basa en la idea de la dominación y explotación de la naturaleza, y en la asignación de un valor monetario a los recursos: agua, tierra, flora y hasta fauna. En este sentido, el ser humano ha dejado de considerarse parte del medio natural lo que ha generado una disociación con el entorno así como entre sus acciones y las consecuencias de las mismas. El crecimiento de la población urbana (del 43% en 1950 al 78% en 2010 según datos del INEGI) nos ha distanciado cada vez más de la naturaleza.
¿Será posible vivir de una manera distinta más armónica con la naturaleza y nuestros semejantes? Las ecoaldeas surgen como una propuesta alternativa al modo de vida urbano. De acuerdo con Robert Gilman, una ecoaldea es:
“... un asentamiento a escala humana de rasgos holísticos, donde las actividades humanas están integradas al mundo natural de manera no dañina, de tal forma que den apoyo a un desarrollo humano saludable y que pueda continuar indefinidamente en el futuro".
Desde que esta propuesta surgiera en los años setenta las ecoaldeas han ido creciendo a lo largo de todo el mundo. En México encontramos la ecoaldea Huehuecóyotl en Tepoztlán, la de Fortín de las Flores, Pueblo Sacbé, y de manera particular destaca el proyecto de Las Cañadas en Huatusco, Veracruz. Esta última se distingue por ser una cooperativa en la que se incorporan no sólo los habitantes que originalmente formaron la ecoaldea sino también los que trabajaban en el lugar.

En una cooperativa, por difícil que resulte creer, no hay patrones y trabajadores sino que todos se consideran sociotrabajadores con responsabilidades compartidas pero también beneficios. En Las Cañadas son veinte socios y 51 familias que dependen del trabajo de la cooperativa.
Los principios que guían las actividades y proyectos de la cooperativa son los mismos de la permacultura: cuidar la tierra, cuidar a la gente y compartir con equidad.
El principal objetivo de los integrantes de Las Cañadas es vivir de manera sostenible y difundir este estilo de vida compartiendo experiencias y conocimientos, y formando a personas interesadas en aprender sobre esta manera de vivir. Para ello ofrecen diferentes cursos y talleres sobre Comida Sana y sustentable, Agro ecología, Permacultura, Bio construcción, entre otros. Además tienen un programa de aprendices en el que se busca que las personas se involucren activamente en las actividades y proyectos de la cooperativa durante 20 días.

Las Cañadas se ubica en el municipio de Huatusco y está inmersa en un ecosistema conocido como Bosque de Niebla o bosque mesófilo de montaña, uno de los ecosistemas más biodiversos de nuestro país.
Para visitar con la familia, para aprender y para re conectarnos con la naturaleza, vale la pena mucho conocer esta propuesta. Para más información consulta su sitio web: http://www.bosquedeniebla.com.mx/