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Cómo los huertos urbanos están transformando nuestras ciudades



|Por Jorge Hinojosa, Experto en Desarrollo Sustentable|


¿Alguna vez te has preguntado desde dónde vienen los alimentos que compras? En la actualidad, nuestros alimentos viajan cientos de kilómetros para llegar a nuestras manos. Además, se sabe que nuestra forma industrial de cultivar los alimentos no es eficiente y tiene impactos que cada vez afectan más al medio ambiente, al contaminar los ecosistemas y emitir Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera(1).


Se trata de un tema de seguridad alimentaria, el cual no está funcionando en este momento, ya que unas cuantas empresas multinacionales son dueñas de la mayoría de las semillas, las cadenas de suministro además de que controlan los precios de nuestros productos. Es así que el sistema industrial ha permitido que nuestros alimentos vengan desde países muy lejanos, ocasionando también una huella de carbono considerable al viajar en vehículos que utilizan combustibles fósiles.


He estado investigando sobre iniciativas que buscan solucionar este problema social y ambiental que tenemos actualmente y me he encontrado con avances sorprendentes. Hay un grupo de emprendedores que está tomando acción al ver los “espacios vacíos” de las ciudades como potenciales huertos urbanos que puedan proveer alimentos frescos y orgánicos a las comunidades vecinas. Lo interesante es que no solo son espacios vacíos, sino techos, terrazas, balcones y espacios periurbanos, donde las personas están comenzando a crear comunidades alrededor de la agricultura.



Me refiero a comunidades porque, cuando creamos huertos urbanos, volvemos a la agricultura pre-industrial, en la que no había máquinas que utilizaban petróleo convirtiendo grandes espacios rurales en áreas deforestadas que cultivan alimentos para alimentar a personas en otros continentes. En cambio, las comunidades que se creaban alrededor de la agricultura proveían sus productos a las vecindades cercanas, respetando los ecosistemas y promoviendo un consumo local.


De esta manera, nosotros podemos sembrar nuestros propios cultivos, crear huertos urbanos de todo tipo de tamaños para empezar a retomar el control de nuestros alimentos, evitando que ciertas empresas nos vendan productos que no tienen ni un cuidado adecuado ni los elementos nutricionales necesarios para nuestra salud, y, además, que no respetan al medio ambiente, ocasionando impactos ya conocidos al cambio climático a través del uso de sustancias dañinas.


La buena noticia es que ya existen iniciativas muy innovadoras que emprendedores sociales han optado por llevar a cabo en las ciudades con el fin de crear huertos sostenibles a largo plazo. En esta ocasión quiero invitarte a hacer dos cosas:



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1) ver el documental “mañana” (“demain” en francés), dirigido por Cyril Dion (2015), haciendo conciencia sobre las nuevas ideas que están cambiando las ciudades; y 2) preguntarte de dónde vienen tus alimentos y buscar un consumo local que apoye a tu comunidad. En el próximo artículo estaré hablando de iniciativas emprendedoras que se han unido a este movimiento.

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